viernes, 3 de junio de 2011

La ciudadela de Cádiz

Publicado en la web de la Asociación Cadiz ilustrada
4 de mayo de 2010

De sobra conocidos son los estragos que produjo en Cádiz el asalto anglo-holandés de 1597 y las consecuencias que trajeron a la ciudad. La más notable -por lo beneficioso de la misma- es el complejo entramado defensivo levantado tras el asalto que se produjo en varias fases hasta el s.XVIII y que, conservado en gran parte, es testigo orgulloso de nuestra historia.

Uno de los primeros problemas planteados a raíz del fatídico asalto fue la erección de una ciudadela capaz de contener los ataques exteriores y a la vez asegurar la salvaguarda de la población. Así, en 1607, Tiburcio Espanoqui proyecta levantar esta ciudadela en el Frente de Tierra (el emplazamiento de las actuales Puertas de Tierra) pero éste se abandonó por falta de medios y por considerarse más conveniente cercar de murallas toda la ciudad (cosa que, como vemos en la actualidad, se llevó a cabo). En 1645 se vuelve a considerar este polémico tema ya que el estudio del lugar donde debía emplazarse fue motivo de debate; con partidarios a favor del Frente de Tierra como lugar idóneo (entre los que se encuentran Cristóbal de Rojas) y otros, como Benito de Losada quien proyecta una gran ciudadela en el Frente de la Caleta de Santa Catalina (nuestra famosa “Caleta”). Finalmente, el Consejo de guerra olvida el tema por considerar excesivos los gastos de una obra de tal envergadura así como tratarse de un emplazamiento a baja altura y por tanto más fácilmente abordable por el enemigo.



El bellísimo plano que vemos en la ilustración se encuentra en el Archivo histórico municipal de Cádiz y corresponde al proyecto de ciudadela realizado por el marqués de Verbón, ingeniero general de las Fortificaciones, de 1724. El proyecto se retoma, pero en esta ocasión en forma de ciudadela militar.
El emplazamiento elegido es lo que se conocía como el Camposanto, ocupando desde lo que hoy es el barrio del Balón hasta el Parque Genovés y parte del barrio de la Viña e integraba el Castillo de Santa Catalina, creando un gran complejo militar y defensivo, con cuarteles para la tropa, almacenes y un arsenal de artillería. Finalmente se desestima la idea construyéndose los cuarteles en el mismo lugar (Camposanto) pero integrado en la ciudad y separados entre ellos, bajo la dirección de Ignacio de Sala. Esta decisión tampoco estuvo exenta de polémica entre estos dos ingenieros, habida cuenta que el proyecto de Verbón implicaba la demolición de parte del hospital militar incluido su cementerio y por otro lado, el elevado coste del proyecto de Ignacio de Sala; motivos esgrimidos -entre otros- por uno y otro.

Habrá que esperar a las postrimerías de esta centuria para hallar un proyecto similar en cuanto a su función, esta vez en la vecina localidad de San Fernando con la construcción de la población militar de San Carlos. Libre de toda comparación estética, éste presentaba mejores condiciones de espacio así como su aislamiento de la población.
Al contemplar este ambicioso proyecto es inevitable hacer conjeturas sobre el aspecto que tendría hoy nuestra ciudad de haberse llevado a cabo. Mientras, nos conformamos con deleitarnos con lo que podría haber sido y no fue.


Bibliografía:

FERNANDEZ CANO, Victor “Las defensas de Cádiz en la Edad moderna” (CSIC). Sevilla, 1973.

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