martes, 20 de noviembre de 2012

Gálvez en "Ubi Sunt?"


Hola a todos,

Os invito formalmente a la presentación del nº27 de la Revista de Historia Ubi Sunt?, en la que participo como autor de un artículo biográfico sobre José Gálvez Ruiz (1874-1939), quien fuera -entre otros cargos- Maestro de capilla de la Catedral de Cádiz entre 1905 y 1939 y del cual publiqué el pasado mes de junio un breve artículo en La Voz de Cádiz titulado "La batuta del Maestro de capilla" (publicado también en este blog).

Para mí es un placer poder mostraros el resumen de todo un año de investigación en el que he "buceado" por numerosos archivos, principalmente el catedralicio y el histórico provincial y para cuyo personal y responsables sólo tengo palabras de gratitud. Y digo que es un placer porque en mi opinión no hay nada más gratificante para un historiador que el poder compartir con los demás el resultado de su trabajo tras horas de estudio e investigación.
Por eso es importante que existan revistas como Ubi Sunt? que apoyan estos proyectos y que se basan en el rigor y la divulgación. Así pues, y gracias a Santiago Moreno por su confianza depositada, este anhelo personal se hace realidad.

En dicho artículo (me atrevo a decir que es el más completo publicado hasta hoy sobre dicho compositor) pongo el acento en su dimensión total como músico. Un músico que parte de la base y que, gracias a su talento y esfuerzo, consigue no sólo hacerse un hueco privilegiado en el rico panorama musical local sino también el reconocimiento fuera de nuestra región. La valiosísima aportación de mis compañeros de Virelay el año pasado con la publicación del disco Ego ex ore Altisimi -el primer disco dedicado íntegramente a la obra de Gálvez- se complementa ahora en el aspecto historiográfico con este artículo que espero de pie a una publicación más extensa en el futuro.

La presentación de la revista tendrá lugar mañana miércoles a las 19:30 en el salón de actos del Rectorado de la Universidad de Cádiz (c/Ancha). Entrada libre.


jueves, 12 de julio de 2012

El Farol (X): Conciertos en los balcones

Mi décima y última intervención en "El Farol". Una bonita y curiosa historia sobre balcones y conciertos en el Cádiz del siglo XVIII ¿Verdadera o falsa?


En agosto de 2011, el Farol dejó de emitirse (dicen que por los "recortes"). Pero felizmente fue repuesta su emisión a partir de mayo de 2012. En una de sus últimas emisiones de 2011 fueron entrevistados varios de los colaboradores habituales del programa. Os dejo la de 5 de agosto en la que se recuerda, junto a Julio Molina, la historia que conté del "Viva la Virgen":


sábado, 7 de julio de 2012

El Farol (IX): Un bautizo y un funeral

Al más puro estilo "Cuatro bodas y un funeral", hablo sobre la "aglomeración" de cultos dispares en lo que fuera la antigua Catedral de Cádiz:


lunes, 2 de julio de 2012

El Farol (VIII) Y viva la virgen!

Una historia más. El origen de la expresión "Ser un viva la Virgen" ¿Se la creerá Kiko Zamora?


viernes, 29 de junio de 2012

El Farol (VII): El humilladero de Cádiz

Cinco historias más, a cuál más interesante. Yo por mi parte aporto el curioso origen del nombre de una conocida marca de cerveza:


lunes, 25 de junio de 2012

El Farol (VI): La espalda del Ecce-Homo

Una nueva entrega de El Farol, con una historia que el mundillo cofrade gaditano seguro que conoce:


sábado, 23 de junio de 2012

El Farol (V): El santo que predicó en Cádiz

Seguimos faroleando, esta vez con una historia pietosa ¿Se la "tragará" el invitado?


miércoles, 20 de junio de 2012

El Farol (IV) y el contrabajista

Volvemos con mis intervenciones en "El Farol" con una historieta musical ¿verdadera?


lunes, 18 de junio de 2012

El Farol (III): La madre del general San Martín

Seguimos con el "remember" farolero. Aquí hablo del General San Martín, ese jartible que está siempre al lado de la Iglesia de San José y de su santa madre. ¿Quién se la colará al Canijo de Carmona?


sábado, 16 de junio de 2012

Mi primer "Farol": El origen de las "Alegrías de Cádiz"

La expresión "echarse un farol" está tomada del mundo del juego, en el que los jugadores -a fin de conseguir con subterfugios el traspié de sus rivales- mienten o simplemente exageran una verdad para conseguir ganar.

Esta expresión da nombre a un programa de la televisión local gaditana Onda Cádiz. Quizá el de mayor audiencia debido a, entre otras cosas, por aunar el formato clásico de entrevista con el conocimiento acerca de nuestra historia local a través de un sencillo juego: Cinco historias sobre Cádiz y sus gentes, pero una de ellas es falsa, es decir, un "farol".
Hace más de dos años, por casualidad o "por arte de magia", comencé a colaborar esporádicamente en este programa gracias en gran medida a su redactor Manolo Sánchez. Contando verdades y "mentirijillas" me colé en la baraja que cada viernes por la noche, intentaba "colar" un farol al invitado de turno.

He aquí mi primera intervención en el susodicho programa. Atención a los contadores de historias ¿Quién se "echa el farol"?:


lunes, 11 de junio de 2012

La batuta del maestro de capilla

Desde la preparación y grabación del disco Ego ex ore Altissimi por parte del Conjunto Vocal Virelay (Capilla de música de la Catedral de Cádiz), he estado investigando sobre el que fuera seise, organista y maestro de capilla de la Catedral de Cádiz José Mª Gálvez Ruiz (1874-1939). Su interesante personalidad y genio musical me impulsaron a continuar con lo que en origen fue una reseña para el disco anteriormente citado.
Pero la investigación lleva aparejada necesariamente la difusión. Así pues, y gracias a la Asociación Cádiz Ilustrada, he aquí mi primer artículo en pos del reconocimiento y valoración de este insigne compositor gaditano, publicado en el rotativo La Voz de Cádiz la víspera de Corpus de 2012, año en el que se cumple el centenario de su nombramiento como maestro de capilla.


La batuta del maestro de capilla

09.06.12 - 
Hace tiempo tuve la oportunidad de volver a visitar el magnífico tesoro artístico que conserva el Museo Catedralicio de nuestra ciudad. Paseando por sus salas pude contemplar asombrado las vitrinas que custodian cálices, cruces y ternos. De entre todas ellas, mis pasos me llevaron, como atraídos por un imán, a una que custodia una pieza rotulada con el siguiente título: 'Batuta del Maestro de Capilla'
Dicha pieza se muestra dentro de una sobria y elegante cajita de madera abierta. ¿Cómo ha podido pasar desapercibida a mis ojos en anteriores visitas? 'Plata y plata sobredorada. S. XX. 1910' describe a continuación la cartela. Fascinado tanto por la pieza en sí como por su función, mis ojos la escrutan de cabo a rabo, exhibiendo ésta una profusa decoración de motivos vegetales. Al otro extremo, una empuñadura con acanaladuras revela cierto desgaste al poseer un color más amarillento que el resto de la pieza. En su parte central, una cartela enrollada alrededor del fuste de esta 'columna musical' deja entrever a lo sumo una o dos palabras cinceladas. Remata el conjunto una lira, símbolo tradicional de la música.
Inevitablemente asociamos la batuta como símbolo de autoridad ya que ésta confiere a su portador el mando sobre un grupo de músicos. Empleamos la expresión 'llevar la batuta' a la hora de hablar de mando y autoridad en ámbitos extramusicales. Los dos principales cometidos de un maestro de capilla de hace más de cien años eran componer música para los cultos catedralicios y dirigir la capilla de música durante los mismos. La expresión empleada antaño 'echar el compás', era una tarea que antiguamente solía llevarse a cabo mediante bastones o golpes en el suelo, bien con dicho instrumento o con los pies. Posteriormente este rudo bastón se estiliza convirtiéndose en lo que hoy conocemos como 'batuta', fabricadas generalmente con maderas nobles y ligeras.
¿Quién empuñaba pues esta batuta? Su dueño estuvo al servicio de la Catedral prácticamente durante toda su vida: Fue seise desde los ocho años, organista con veintiuno y finalmente maestro de capilla hasta su muerte. Se trata del gaditano José Mª Gálvez Ruiz (1874-1939) quien además fue director de la Real Academia de música de Santa Cecilia, nuestro actual Conservatorio profesional de música 'Manuel de Falla'. Gálvez, por aquellos años aún era maestro de capilla interino, cargo al que accede tras la muerte de su predecesor, el granadino Antonio Maqueda (1810-1905). No será hasta el verano de 1912 cuando sea nombrado maestro de capilla titular tras superar unas duras oposiciones.
La cartela que hemos mencionado anteriormente y que 'abraza' dicha batuta contiene la siguiente dedicatoria: «Al laureado compositor y distinguido maestro D. José Gálvez y Ruiz, sus amigos y admiradores. año de 1910». Impresiona bastante tamaño obsequio para alguien que contaba tan sólo con 36 años de edad. Con numerosas obras publicadas (y premiadas), su labor pedagógica y artística lo situaba según crónicas de la época entre lo más granado de nuestros músicos, junto a sus contemporáneos -y paisanos- Falla y Cubiles.
Ciertamente el título 'batuta del maestro de capilla' aunque obvio, resulta tremendamente revelador ya que indica sin lugar a dudas que la empleó durante su magisterio frente a la capilla musical durante más de 33 años. Pese al material en el que está realizada y las dimensiones que posee, es ciertamente ligera lo cual indica que no se trata de una 'pieza de coleccionista', sino una batuta real que ha sido empleada para dirigir la ejecución de obras musicales.
El estimado lector se preguntará ahora de qué manera ha llegado a parar la batuta a este museo. La respuesta la encontramos en las fuentes documentales. Concretamente, según las actas capitulares del cabildo catedralicio; Gálvez, al final de su vida dona su batuta de maestro de capilla al cabildo para que éste disponga de ella en la procesión del Corpus. Este dato -junto al mencionado desgaste de la empuñadura- es sumamente importante, ya que nos induce a pensar que él mismo la empleaba durante las interpretaciones musicales que se llevaban a cabo durante la procesión del Corpus. Esta última voluntad quizá fuera para entregar el testigo y transferir su 'bastón de mando' a su predecesor, aunque éste no llegaría hasta varios años después de su muerte cuando, desgraciadamente, el legado musical de Don José comienza a diluirse a una velocidad insólita dada la reputación de la que gozó en vida.
Contemplamos de nuevo la batuta tras el cristal, dejando volar nuestra imaginación para recrear aquella época en la que un simple mortal podía, blandiendo esta batuta de plata, crear la mayor de las ilusiones: La música que, al igual que la batuta en la vitrina, está ahí para que indaguemos en ella, la estudiemos y la devolvamos a la vida interpretándola. En nuestras manos está el tomar partido por nuestra música o, por contra, pasar de largo ante una vitrina más.